26. Jesús les dijo: "¿Por qué tembláis, hombres de poca fe?". Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina