9. Yo me decía: No pensaré más en él, no hablaré más en su nombre. Pero había en mi corazón como un fuego abrasador encerrado en mis huesos; me he agotado en contenerlo y no lo he podido soportar.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina