24. Después de esto, Simón envió a Numenio a Roma con un gran escudo de oro que pesaba cuatrocientos cuarenta kilos de oro, para renovar el pacto con los romanos.





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina