9. El vestido, el caballo y la corona entréguense a uno de los más nobles y altos príncipes del rey. Éste vestirá al hombre a quien el rey quiere honrar y lo guiará a caballo por la plaza de la ciudad, gritando ante él: Así se trata a quien el rey quiere honrar". El rey dijo a Amán:





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina