13. Acudieron todos corriendo, desde el más grande al más chico, porque no tenían esperanza de que ella volviera; abrieron, pues, la puerta, las recibieron, y encendiendo una hoguera para que se pudiera ver, hicieron corro en torno a ellas.





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina