1. Hermanos, el anhelo de mi corazón y mi oración a Dios en favor de ellos es que se salven.

1. Hermanos, deseo de todo corazón y pido a Dios que los judíos se salven.

2. Testifico en su favor que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento.

2. Declaro en su favor que son fanáticos del servicio de Dios, pero en una forma equivocada.

3. Pues desconociendo la justicia de Dios y empeñándose en establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.

3. No entienden cómo Dios nos da la verdadera rectitud y se empeñan en construir la suya; y por esta razón no hicieron caso del camino de Dios.

4. Porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo creyente.

4. Porque la Ley lleva a Cristo, y es entonces cuando por la fe se llega a ser justo.

5. En efecto, Moisés escribe acerca de la justicia que nace de la ley: Quien la cumpla, vivirá por ella.

5. Moisés habla de ser justo en base a la Ley, pues escribe: Quien la cumpla, hallará por ella la vida.

6. Mas la justicia que viene de la fe dice así: No digas en tu corazón ¿quién subirá al cielo?, es decir: para hacer bajar a Cristo;

6. Pero hay otra justicia que es fruto de la fe, y dice así: No digas en tu corazón: ¿quién subirá al cielo? (era una manera de decir que Cristo bajaría de allí).

7. o bien: ¿quién bajará al abismo?, es decir: para hacer subir a Cristo de entre los muertos.

7. Y luego: ¿Quién bajará al abismo? (es una manera de decir que Cristo subiría de entre los muertos).

8. Entonces, ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra: en tu boca y en tu corazón, es decir, la palabra de la fe que nosotros proclamamos.

8. Y luego se dice: Muy cerca de ti está la Palabra, ya está en tus labios y en tu corazón. Ahí tienen nuestro mensaje, y es la fe.

9. Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo.

9. Porque te salvarás si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos.

10. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación.

10. La fe del corazón te procura la verdadera rectitud, y tu boca, que lo proclama, te consigue la salvación.

11. Porque dice la Escritura: Todo el que crea en él no será confundido.

11. La Escritura ya lo dijo: El que cree en él no quedará defraudado.

12. Que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan.

12. Así que no hay diferencia entre judío y griego; todos tienen el mismo Señor, que es muy generoso con todo el que lo invoca;

13. Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.

13. porque todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará.

14. Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique?

14. Pero ¿cómo invocarán al Señor sin haber creído en él? Y ¿cómo podrán creer si no han oído hablar de él? Y ¿cómo oirán si no hay quien lo proclame?

15. Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian el bien!

15. Y ¿cómo lo proclamarán si no son enviados? Como dice la Escritura: Qué bueno es ver los pasos de los que traen buenas noticias.

16. Pero no todos obedecieron a la Buena Nueva. Porque Isaías dice: ¡Señor!, ¿quién ha creído a nuestra predicación?

16. Pero es un hecho que no todos aceptaron la Buena Noticia, como decía Isaías: Señor, ¿quién nos ha escuchado y ha creído?

17. Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo.

17. Así, pues, la fe nace de una proclamación, y lo que se proclama es el mensaje cristiano.

18. Y pregunto yo: ¿Es que no han oído? ¡Cierto que sí! Por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta los confines de la tierra sus palabras.

18. Me pregunto: ¿Será porque no oyeron? ¡Claro que oyeron! Esta voz resonó en toda la tierra, y sus palabras se oyeron hasta en el último rincón del mundo.

19. Pero pregunto: ¿Es que Israel no comprendió? Moisés es el primero en decir: Os volveré celosos de una que no es nación; contra una nación estúpida os enfureceré.

19. Y sigo preguntando: ¿Cómo puede ser que Israel no entendió? Y de inmediato Moises nos dice: Yo haré que te pongas celoso de una nación que ni siquiera es nación; excitaré tu enojo contra una nación insensata.

20. Isaías, a su vez, se atreve a decir: Fui hallado de quienes no me buscaban; me manifesté a quienes no preguntaban por mi.

20. Isaías luego se atreve a decir: Fui hallado por los que no me buscaban y me manifesté a quienes no preguntaban por mí.

21. Mas a Israel dice: Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo incrédulo y rebelde.

21. Pero añade, y se refiere a Israel: Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo desobediente y rebelde.





“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina