18. Las puertas de Jerusalén entonarán cánticos jubilosos, y todos sus habitantes repetirán: Aleluya. Bendito sea el Dios de Israel. Y todos los que por él son bendecidos, bendecirán dichosos su nombre santo por siempre jamás".





“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina