19. Al oír estas palabras, los jefes del ejército asirio rasgaron sus vestiduras, se conmovieron profundamente y se pusieron a lanzar lamentos y gritos en medio del campamento.





“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina