Job, 7
8. No me distinguirá ya el ojo que me mira, posarás en mí tus ojos y ya no existiré.
8. No me distinguirá ya el ojo que me mira, posarás en mí tus ojos y ya no existiré.
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina