16. Su marido partió con ella y la siguió llorando hasta Bajurín. Abner le dijo: "Anda, vuélvete". Y él se volvió.





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina