1. Le sucedió en el trono su hijo Josafat, que se mostró fuerte frente a Israel.

2. Puso guarniciones en todas las ciudades fortificadas de Judá y nombró gobernadores tanto en la tierra de Judá como en las ciudades que su padre Asá había conquistado en Efraín.

3. El Señor estuvo con Josafat porque siguió los caminos de su padre en la primera parte de su vida y no se dio a los baales,

4. sino que buscó al Dios de su padre y vivió según sus preceptos, sin imitar para nada la conducta de Israel.

5. El Señor consolidó el reino en sus manos; todo Judá le pagaba tributo a Josafat, que llegó a tener muchas riquezas y gran fama.

6. Siguió con orgullo los caminos del Señor, y quitó de nuevo de Judá las colinas y las imágenes de Aserá.

7. El año tercero de su reinado mandó a sus jefes Benjail, Abdías, Zacarías, Natanael y Miqueas para que instruyesen a las ciudades de Judá.

8. Mandó con ellos a los levitas Semayas, Natanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías, y a los sacerdotes Elisamá y Jorán.

9. Con el libro de la ley del Señor fueron recorriendo las ciudades de Judá y enseñando al pueblo.

10. El pánico del Señor cundió por todos los reinos de las tierras vecinas de Judá, y no hicieron la guerra a Josafat.

11. Más aún, los filisteos vinieron a ofrecer a Josafat tributos y regalos de plata. Los árabes llevaron al rey ganado menor: 7.700 carneros y otros tantos machos cabríos.

12. Josafat prosperaba más y más. Construyó en Judá fortalezas y ciudades para almacenes.

13. Tenía abundantes provisiones en las ciudades de Judá y soldados valerosos en Jerusalén.

14. Ésta era la lista por familias. Jefes de millares por Judá: Adná, el jefe, con 300.000 soldados valerosos;

15. bajo sus órdenes el jefe Yehojanán, con 280.000;

16. bajo sus órdenes Amasías, hijo de Zicrí, que se había consagrado voluntariamente al servicio del Señor, con 200.000.

17. Por Benjamín: el valeroso Eliadá, con 200.000 hombres armados con escudo y arco;

18. bajo sus órdenes Yehozabad, con 180.000 prontos para el combate.

19. Éstos estaban al servicio del rey, sin contar los que tenía en las ciudades fortificadas de todo Judá.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina