4. Sin embargo, en atención a David, el Señor, su Dios, le concedió una lámpara en Jerusalén, suscitando a su hijo después de él y manteniendo en pie a Jerusalén,





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina