12. Con las maderas, el rey hizo balaustradas para el templo del Señor y para el palacio real, y cítaras y arpas para los cantores. Madera de sándalo como aquélla no se ha traído ni se ha vuelto a ver hasta nuestros días.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina