1. Cántico. Salmo. De los hijos de Coré. Del maestro de coro. Para la enfermedad. Para la aflicción. Poema. De Hemán el indígena.

2. Yahveh, Dios de mi salvación, ante ti estoy clamando día y noche;

3. llegue hasta tí mi súplica, presta oído a mi clamor.

4. Porque mi alma de males está ahíta, y mi vida está al borde del seol;

5. contado entre los que bajan a la fosa, soy como un hombre acabado:

6. relegado entre los muertos, como los cadáveres que yacen en la tumba, aquellos de los que no te acuerdas más, que están arrancados de tu mano.

7. Me has echado en lo profundo de la fosa, en las tinieblas, en los abismos;

8. sobre mí pesa tu furor, con todas tus olas me hundes.

9. Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho para ellos un horror, cerrado estoy y sin salida,

10. mi ojo se consume por la pena. Yo te llamo, Yahveh, todo el día, tiendo mis manos hacia ti.

11. ¿Acaso para los muertos haces maravillas, o las sombras se alzan a alabarte?

12. ¿Se habla en la tumba de tu amor, de tu lealtad en el lugar de perdición?

13. ¿Se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido ?»

14. Mas yo grito hacia ti, Yahveh, de madrugada va a tu encuentro mi oración;

15. ¿por qué, Yahveh, mi alma rechazas, lejos de mí tu rostro ocultas?

16. Desdichado y agónico estoy desde mi infancia, he soportado tus terrores, y ya no puedo más;

17. han pasado tus iras sobre mí, tus espantos me han aniquilado.

18. Me envuelven como el agua todo el día, se aprietan contra mí todos a una.

19. Has alejado de mí compañeros y amigos, son mi compañía las tinieblas.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina