Eclesiástico, 36
27. Así sucede con el hombre sin nido, que se alberga donde lo sorprende la noche.
27. Así sucede con el hombre sin nido, que se alberga donde lo sorprende la noche.
“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina