Fondare 250 Risultati per: visto

  • "Anda, reúne a los ancianos de Israel y diles: El Señor, Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: Os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto. (Exodo 3, 16)

  • El pueblo creyó, y comprendiendo que el Señor había visitado a los israelitas y había visto su opresión, se postraron y adoraron. (Exodo 4, 31)

  • Cayeron rayos y granizo con tanta fuerza como Egipto no había visto jamás desde que se constituyó en nación. (Exodo 9, 24)

  • Habéis visto cómo he tratado a los egipcios y cómo os he llevado sobre alas de águila y os he traído hasta mí. (Exodo 19, 4)

  • El Señor dijo a Moisés: "Di a los israelitas: Vosotros habéis visto que os he hablado desde el cielo. (Exodo 20, 22)

  • Si alguno es citado a declarar como testigo sobre algo que ha visto u oído y se niega a declarar, peca y debe cargar con su culpa; (Levítico 5, 1)

  • Pero el pueblo que la habita es potente, y las ciudades son fuertes y grandes; hemos visto incluso descendientes de Anac. (Números 13, 28)

  • Y desacreditaban entre los israelitas la tierra que habían explorado, diciendo: "La tierra que hemos recorrido y explorado es una tierra que devora a sus habitantes. Los hombres que hemos visto son de gran estatura. (Números 13, 32)

  • Hemos visto hasta gigantes, hijos de Anac; ante ellos, nosotros parecíamos langostas, y esa impresión tenían también ellos". (Números 13, 33)

  • que todos los que han visto mi gloria y los prodigios que he hecho en Egipto y en el desierto, los que me han puesto a prueba por diez veces y no me han obedecido, (Números 14, 22)

  • La burra me ha visto y por tres veces se ha apartado de mí. Gracias que se ha apartado, pues de otra manera te hubiera yo matado a ti, dejándola a ella con vida". (Números 22, 33)

  • Subieron hasta el valle de Escol y, después de haber visto la tierra, desanimaron a los israelitas para que no fuesen a la tierra que el Señor les daba. (Números 32, 9)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina