Fondare 43 Risultati per: vecinos

  • En tres cosas se complace mi alma, que son agradables a Dios y a los hombres: la concordia entre hermanos, la amistad entre vecinos y marido y mujer bien avenidos. (Eclesiástico 25, 1)

  • Salomón, que reinó en tiempos de paz. Dios le dio paz con sus vecinos para que levantase un templo a su nombre y le preparase un santuario eterno. (Eclesiástico 47, 13)

  • Por eso, esto dice el Señor: "Voy a poner ante este pueblo obstáculos en los que tropiecen. Padres e hijos a una, vecinos y amigos perecerán". (Jeremías 6, 21)

  • Esto dice el Señor: "A todos mis perversos vecinos, que invaden la heredad cuya posesión di a mi pueblo Israel, yo los arrancaré de su tierra, y de en medio de ellos arrancaré la casa de Judá. (Jeremías 12, 14)

  • Compadecedlo, vosotros sus vecinos, todos los que su nombre conocéis. Decid: "¡Cómo se ha hecho pedazos el bastón potente, el cetro glorioso!". (Jeremías 48, 17)

  • ¡Ay cómo ha quedado roto! ¡Gemid! ¡Cómo ha vuelto Moab la espalda vergonzosamente! Moab se ha convertido en la irrisión, el horror de todos sus vecinos. (Jeremías 48, 39)

  • Sí, yo despojo a Esaú, descubro sus escondites y no podrá ocultarse. Su descendencia, sus hermanos y sus vecinos serán devastados; no habrá nadie que diga: (Jeremías 49, 10)

  • Te prostituiste a los hijos de Egipto, tus vecinos de cuerpos fornidos, y multiplicaste tus prostituciones para irritarme. (Ezequiel 16, 26)

  • Se burlarán de ti los pueblos vecinos y los lejanos, oh ciudad de mala fama, llena de corrupción. (Ezequiel 22, 5)

  • Oholá se prostituyó, me abandonó y se enamoró locamente de sus amantes, los asirios, vecinos suyos, (Ezequiel 23, 5)

  • Se enamoró locamente de los asirios, gobernadores y lugartenientes, vecinos suyos, de vestidos espléndidos, ágiles caballeros y jóvenes apuestos todos ellos. (Ezequiel 23, 12)

  • Y no habrá ya más para la casa de Israel espina que punza ni zarza que lacera entre todos sus vecinos que la desprecian, y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 28, 24)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina