Fondare 255 Risultati per: todavía
Si se casa estando todavía ligada por algún voto o compromiso contraído a la ligera, (Números 30, 7)
Éstas son las leyes que el Señor dio a Moisés en lo que se refiere a las relaciones entre marido y mujer y entre padre e hija, cuando ésta es todavía joven y habita en casa de su padre. (Números 30, 17)
Y vosotros queréis seguir las huellas de vuestros padres, como engendro de raza pecadora, y encender todavía más la cólera del Señor contra Israel. (Números 32, 14)
Éstas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel cuando todavía estaba al otro lado del Jordán, en el desierto, en la Arabá, que está frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Jaserot y Di Zahab. (Deuteronomio 1, 1)
Y vuestros niños, los mismos que vosotros creíais presa de los enemigos, vuestros hijos que todavía no tienen uso de razón, éstos serán los que han de entrar. A ellos se la daré en propiedad. (Deuteronomio 1, 39)
Og, rey de Basán, era el último sobreviviente de los refaítas: su cama era de hierro, y medía cuatro metros y medio de largo por dos de ancho, como puede verse todavía en Rabat de los amonitas)". (Deuteronomio 3, 11)
¿Hay pueblo que haya oído la voz de su Dios hablar en medio del fuego, como la has oído tú, y quede todavía con vida? (Deuteronomio 4, 33)
No hizo el Señor esta alianza con nuestros padres; la hizo con nosotros, los mismos que todavía hoy vivimos aquí. (Deuteronomio 5, 3)
pues yo tenía miedo de la ira y el furor con que estaba irritado el Señor contra vosotros hasta el extremo de querer destruiros. Esta vez todavía me escuchó el Señor. (Deuteronomio 9, 19)
Yo estuve en la montaña, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. El Señor me escuchó todavía esta vez y renunció a vuestra destrucción. (Deuteronomio 10, 10)
ya que todavía no habéis entrado en el lugar tranquilo que el Señor, tu Dios, te va a dar en posesión. (Deuteronomio 12, 9)
Luego hablarán al pueblo los escribas, diciendo: ¿Hay alguno que tenga edificada una casa nueva y no la haya estrenado todavía? Que se vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y sea otro quien la estrene. (Deuteronomio 20, 5)