Fondare 822 Risultati per: sea

  • Cuando vosotros hayáis leído esta carta, procurad que también sea leída en la iglesia de Laodicea, y la de Laodicea leedla también vosotros. (Colosenses 4, 16)

  • Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses. Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor. (I Tesalonicenses 1, 1)

  • Ahora Timoteo ha regresado de Tesalónica y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y de vuestro amor, y de cómo conserváis constantemente un afectuoso recuerdo de nosotros, deseando vivamente vernos, lo mismo que nosotros a vosotros. (I Tesalonicenses 3, 6)

  • Por tanto, no nos echemos a dormir como los otros, sino estemos alerta y seamos sobrios. (I Tesalonicenses 5, 6)

  • Por el contrario, nosotros, hijos del día, seamos sobrios; revistámonos de la coraza de la fe y del amor, cubriéndonos con el yelmo de la esperanza de la salvación. (I Tesalonicenses 5, 8)

  • Hermanos, os pedimos también que corrijáis a los indisciplinados, que animéis a los cobardes, que sostengáis a los débiles y que seáis pacientes con todos. (I Tesalonicenses 5, 14)

  • Que el Dios de la paz os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea conservado irreprochablemente para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (I Tesalonicenses 5, 23)

  • Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor. (II Tesalonicenses 1, 2)

  • Realmente el misterio de iniquidad está ya en acción; sólo falta que el que ahora lo retiene sea quitado de en medio. (II Tesalonicenses 2, 7)

  • En fin, hermanos, rogad por nosotros, para que la palabra del Señor siga difundiéndose y sea estimada, como lo es entre vosotros, (II Tesalonicenses 3, 1)

  • No obstante, nos hemos enterado de que algunos de vosotros viven sin trabajar, sin otra ocupación que curiosear. (II Tesalonicenses 3, 11)

  • Es necesario que el obispo sea intachable, casado una sola vez, sobrio, prudente, de porte educado, hospitalario, capaz de enseñar; (I Timoteo 3, 2)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina