Fondare 63 Risultati per: ritual judío
Y puesto en pie gritó en judío con voz potente: "Oíd la palabra del rey grande, el rey de Asiria: (II Reyes 18, 28)
David dejó allí delante del arca de la alianza del Señor a Asaf y a sus hermanos para que hicieran el servicio permanente del arca, según el ritual cotidiano, (I Crónicas 16, 37)
Estableció luego en sus servicios, según las disposiciones de su padre, las clases sacerdotales; y lo mismo hizo con los levitas encargados de cantar las alabanzas y asistir a los sacerdotes, según el ritual cotidiano, y con las respectivas clases de porteros de cada una de las puertas; todo conforme a las disposiciones de David, hombre de Dios. (II Crónicas 8, 14)
La mitad de sus hijos hablaban asdodeo o la lengua de otros pueblos y no sabían hablar judío. (Nehemías 13, 24)
Hacía poco que habían vuelto del destierro, que el pueblo judío se había reunificado y que los objetos del culto, el altar y el templo habían sido purificados de su profanación. (Judit 4, 3)
En la ciudad de Susa había un judío llamado Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Simeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, (Ester 2, 5)
Todos los días le repetían la misma pregunta, pero él no los escuchaba. Entonces lo denunciaron a Amán, para ver si tenían fundamento las pretensiones de Mardoqueo, pues les había dicho que era judío. (Ester 3, 4)
Pero nada me importa todo esto, mientras vea al judío Mardoqueo sentado a la puerta real". (Ester 5, 13)
"Toma en seguida las vestiduras y el caballo haz lo que has dicho con el judío Mardoqueo, que está sentado en la puerta real. No omitas nada de lo que has dicho". (Ester 6, 10)
El rey respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo: "He dado a Ester la casa de Amán, al que han ahorcado por haber querido acabar con los judíos. (Ester 8, 7)
La reina Ester, hija de Abijail, y el judío Mardoqueo escribieron de nuevo para confirmar con su autoridad esta segunda carta. (Ester 9, 29)
ordenando celebrar los días de purim y en su fecha exacta, según habían establecido el judío Mardoqueo y la reina Ester, y cómo se habían obligado ellos y su descendencia en cuanto a ayunos y lamentaciones. (Ester 9, 31)