Fondare 286 Risultati per: obras

  • el cual pagará a cada uno según sus obras: (Romanos 2, 6)

  • la vida eterna a los que, mediante la perseverancia en las buenas obras, buscan la gloria, el honor y la inmortalidad; (Romanos 2, 7)

  • Porque por las obras de la ley no será justificado mortal alguno delante de él; pues por la ley tenemos solamente el conocimiento del pecado. (Romanos 3, 20)

  • ¿Dónde queda el orgullo? Ha sido eliminado. ¿Por qué ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe. (Romanos 3, 27)

  • Así también David llama bienaventurado al hombre a quien Dios le cuenta la justicia independientemente de las obras: (Romanos 4, 6)

  • no por las obras, sino por el que llama), se dijo a Rebeca: El mayor servirá al menor, (Romanos 9, 12)

  • ¿Por qué? Porque no fue por el camino de la fe, sino por el de las obras, como si por ellas pudiera alcanzarla. De este modo tropezaron en la piedra de tropiezo, (Romanos 9, 32)

  • el que tenga el de exhortar, que se dedique a exhortar; el que tiene el de repartir limosna, que reparta con generosidad; el que tiene el de presidir, que presida con seriedad; el que hace obras de misericordia, que las haga con alegría. (Romanos 12, 8)

  • La noche está avanzada y el día está cerca; por lo tanto, dejemos a un lado las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. (Romanos 13, 12)

  • El mundo con su propia sabiduría no reconoció a Dios en la sabiduría manifestada por Dios en sus obras. Por eso Dios ha preferido salvar a los creyentes por medio de una doctrina que parece una locura. (I Corintios 1, 21)

  • No es, por tanto, de extrañar que sus ministros se disfracen de ministros de justicia; pero su fin será conforme a sus obras. (II Corintios 11, 15)

  • pero sabemos que nadie se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo; nosotros creemos en Cristo Jesús para ser justificados por la fe de Cristo, no por las obras de la ley; porque nadie será justificado por las obras de la ley. (Gálatas 2, 16)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina