Fondare 501 Risultati per: obras de la carne

  • Pues los que viven según la carne piensan en las cosas carnales; y los que viven según el espíritu, en las espirituales. (Romanos 8, 5)

  • Porque el deseo de la carne es la muerte, pero el pensamiento del espíritu es la vida y la paz. (Romanos 8, 6)

  • Por lo cual el deseo de la carne es enemigo de Dios, porque no se somete a la ley de Dios, ni puede en realidad someterse. (Romanos 8, 7)

  • Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios; (Romanos 8, 8)

  • pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pues si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. (Romanos 8, 9)

  • no por las obras, sino por el que llama), se dijo a Rebeca: El mayor servirá al menor, (Romanos 9, 12)

  • ¿Por qué? Porque no fue por el camino de la fe, sino por el de las obras, como si por ellas pudiera alcanzarla. De este modo tropezaron en la piedra de tropiezo, (Romanos 9, 32)

  • el que tenga el de exhortar, que se dedique a exhortar; el que tiene el de repartir limosna, que reparta con generosidad; el que tiene el de presidir, que presida con seriedad; el que hace obras de misericordia, que las haga con alegría. (Romanos 12, 8)

  • La noche está avanzada y el día está cerca; por lo tanto, dejemos a un lado las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. (Romanos 13, 12)

  • Es mejor no comer carne ni beber vino o cualquier otra cosa que pueda escandalizar a tu hermano. (Romanos 14, 21)

  • El mundo con su propia sabiduría no reconoció a Dios en la sabiduría manifestada por Dios en sus obras. Por eso Dios ha preferido salvar a los creyentes por medio de una doctrina que parece una locura. (I Corintios 1, 21)

  • ¿No sabéis que quien se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues, como dice la Escritura, los dos serán una sola carne. (I Corintios 6, 16)


“Lembre-se de que os santos foram sempre criticados pelas pessoas deste mundo, e puseram sob seus pés o mundo e as suas máximas .” São Padre Pio de Pietrelcina