Fondare 826 Risultati per: muerte de Aarón

  • Sólo del fruto del árbol que está en medio del jardín nos ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, bajo pena de muerte". (Génesis 3, 3)

  • Isaac introdujo a Rebeca en la tienda de Sara, la tomó y fue su mujer. La amó, y se consoló de la muerte de su madre. (Génesis 24, 67)

  • Después de la muerte de Abrahán, Dios bendijo a Isaac, su hijo, que se quedó a vivir junto al pozo de Lajay-Roí. (Génesis 25, 11)

  • Entonces Abimelec dio esta orden al pueblo: "El que toque a este hombre o a su mujer será castigado con la muerte". (Génesis 26, 11)

  • Abrió de nuevo los pozos que habían sido abiertos en tiempos de su padre Abrahán y que los filisteos, después de la muerte de Abrahán, habían cegado, y les dio los mismos nombres con que los había llamado su padre. (Génesis 26, 18)

  • Al verlo venir desde lejos, antes de que llegara hasta ellos, conspiraron contra él para darle muerte. (Génesis 37, 18)

  • Cuando se acercaba ya para Jacob el día de su muerte, mandó llamar a su hijo José y le dijo: "Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo en señal de juramento, y prométeme que serás bueno y fiel conmigo; no me entierres en Egipto. (Génesis 47, 29)

  • El Señor se encendió en cólera contra Moisés y dijo: "¿No está Aarón, el levita, tu hermano? Sé que él tiene facilidad de palabra. Mira, va a salir a tu encuentro, y al verte se alegrará. (Exodo 4, 14)

  • Por el camino, donde Moisés pasaba la noche, el Señor se le presentó para darle muerte. (Exodo 4, 24)

  • El Señor dijo a Aarón: "Sal al encuentro de Moisés en el desierto". Fue y, cuando lo encontró en el monte de Dios, lo besó. (Exodo 4, 27)

  • Moisés contó a Aarón todo lo que le había dicho el Señor al encomendarle la misión y todos los prodigios que le había ordenado. (Exodo 4, 28)

  • Moisés y Aarón partieron y reunieron a todos los ancianos de los israelitas. (Exodo 4, 29)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina