Fondare 125 Risultati per: mesa preparada
Extenderán una tela morada sobre la mesa de los panes de la proposición, sobre la que pondrán los platos, las copas, las cazoletas y los vasos de las libaciones. El pan de la ofrenda perpetua estará también allí. (Números 4, 7)
Extenderán encima una tela de carmesí, que recubrirán con una funda de pieles de tejón. Y luego colocarán las barras de la mesa. (Números 4, 8)
Adonisedec dijo: "Setenta reyes, cortados los pulgares de pies y manos, recogían las migajas debajo de mi mesa; Dios me paga con la misma medida". Fue llevado a Jerusalén, y allí murió. (Jueces 1, 7)
Entonces Samuel preguntó a Jesé: "¿Están aquí todos tus muchachos?". Él contestó: "Falta el pequeño, que está guardando ovejas". Samuel le dijo: "Manda a buscarle, pues no nos sentaremos a la mesa hasta que haya venido". (I Samuel 16, 11)
David se escondió en el campo. Cuando llegó la nueva luna, el rey se sentó a la mesa para comer. (I Samuel 20, 24)
Me dijo: Permíteme ir, porque tenemos un sacrificio de familia en la ciudad y mis hermanos me han reclamado. Si te parece bien, déjame hacer una escapada para ver a mis hermanos. Por eso no ha venido a la mesa del rey". (I Samuel 20, 29)
se levantó de la mesa encendido en cólera y no tomó alimento alguno el segundo día de la nueva luna, porque estaba apenado por David, ya que su padre lo había ultrajado. (I Samuel 20, 34)
Él no quería comer; pero sus servidores y la mujer le insistieron tanto que, por fin, aceptó. Se levantó del suelo y se sentó a la mesa. (I Samuel 28, 23)
David le dijo: "No temas, porque quiero favorecerte por amor a tu padre, Jonatán. Te devolveré las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa". (II Samuel 9, 7)
Tú trabajarás para él la tierra, tú y tus hijos y tus esclavos; tú harás la recolección, para que la casa de tu señor tenga qué comer; en cuanto a Meribaal, hijo de tu señor, él comerá siempre a mi mesa". Sibá tenía quince hijos y veinte esclavos. (II Samuel 9, 10)
Sibá respondió al rey: "Tu servidor hará todo lo que el rey, mi señor, ha mandado a su siervo". Meribaal comía a la mesa del rey, como uno de sus hijos. (II Samuel 9, 11)
Pero Meribaal vivía en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; era cojo de ambos pies. (II Samuel 9, 13)