Fondare 709 Risultati per: medio

  • Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: "Atenienses, por todo veo que sois muy religiosos. (Hechos 17, 22)

  • puesto que ha establecido un día en el que ha de juzgar al universo con justicia por medio de un hombre, a quien ha designado y acreditado ante todos al resucitarlo de entre los muertos". (Hechos 17, 31)

  • Y se detuvo allí un año y medio, enseñando entre ellos la palabra de Dios. (Hechos 18, 11)

  • Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo, (Hechos 19, 11)

  • sirviendo al Señor con toda humildad y con lágrimas, en medio de las pruebas que me han sobrevenido por las asechanzas de los judíos. (Hechos 20, 19)

  • Todos los judíos conocen bien cuál ha sido mi vida a partir de mi juventud, pues desde el principio he vivido en medio de mi pueblo, en Jerusalén. (Hechos 26, 4)

  • Como llevábamos sin comer mucho tiempo, Pablo, puesto en pie en medio de ellos, dijo: "Amigos míos, más valía que me hubierais hecho caso y no hubiéramos partido de Creta para evitar este desastre y estos daños. (Hechos 27, 21)

  • Al despedirse sin ponerse de acuerdo unos con otros, Pablo terminó con estas palabras: "Con razón dijo el Espíritu Santo a vuestros padres por medio del profeta Isaías: (Hechos 28, 25)

  • En primer lugar doy gracias a mi Dios, por medio de Jesucristo, por todos vosotros, porque vuestra fe es conocida en todo el mundo. (Romanos 1, 8)

  • como se verá el día en que juzgue Dios los secretos del hombre, por medio de Jesucristo y según el evangelio que yo predico. Los judíos que violan la ley tienen mayor culpa. (Romanos 2, 16)

  • y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos ha dado. (Romanos 5, 5)

  • Porque si, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida. (Romanos 5, 10)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina