Fondare 19 Risultati per: improviso

  • Josué cayó sobre ellos de improviso, después de haber marchado toda la noche desde Guilgal. (Josué 10, 9)

  • Si un azote acarrea la muerte de improviso, él se ríe de la angustia de los inocentes. (Job 9, 23)

  • que les sobrevenga de improviso la ruina, que la red que ellos tendieron los atrape y caigan en la fosa que cavaron. (Salmos 35, 8)

  • Se difundió el falso rumor de la muerte de Antíoco, y Jasón, con unos mil hombres, asaltó de improviso la ciudad. Ésta se defendió guarneciendo las murallas; pero Jasón tomó la ciudad, y Menelao se refugió en la acrópolis. (II Macabeos 5, 5)

  • Caía de improviso sobre ciudades y aldeas, y les prendía fuego; ocupaba posiciones estratégicas y ponía en fuga a numerosos enemigos. (II Macabeos 8, 6)

  • Luego, entonando un canto de guerra en lengua patria, se lanzó de improviso contra las tropas de Gorgias y las puso en fuga. (II Macabeos 12, 37)

  • Por eso de improviso vendrá la ruina sobre él, en un instante será destrozado y sin remedio. (Proverbios 6, 15)

  • porque de improviso surge su venganza, y ¿quién sabe el castigo que pueden dar los dos? (Proverbios 24, 22)

  • El hombre no conoce su hora: como los peces que son apresados en la red fatal y como los pájaros que se enredan en el lazo, así los hombres se dejan enredar por el infortunio cuando de improviso cae sobre ellos. (Eclesiastés 9, 12)

  • Pero la turba de tus enemigos será como el polvo fino; como la paja aventada, la turba de los tiranos. Y pronto, de improviso, (Isaías 29, 5)

  • Hija de mi pueblo, vístete de saco, échate en la ceniza, ponte de luto como por un hijo único, con amargos lamentos. Porque cae de improviso el devastador sobre nosotros. (Jeremías 6, 26)

  • ¡Óiganse salir gemidos de sus casas cuando, de improviso, mandes tú contra ellos hordas de saqueadores! Pues han cavado una fosa para cazarme y han tendido lazos a mis pies. (Jeremías 18, 22)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina