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hasta que haya hecho justicia a su pueblo y le haya alegrado con su misericordia. (Eclesiástico 35, 23)
Cuando el Señor haya lavado la mancha de las hijas de Sión y haya limpiado a Jerusalén de la sangre en ella derramada, cuando dicte la sentencia y ejecute la pena, (Isaías 4, 4)
¿Qué más podía hacerse con mi viña que no lo haya hecho yo? ¿Por qué, si esperaba que diera uvas, sólo ha dado agrazones? (Isaías 5, 4)
hasta que el Señor haya alejado a los hombres y sea grande la soledad en el país. (Isaías 6, 12)
Cuando el Señor haya concluido toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, castigará la altivez del corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos altaneros. (Isaías 10, 12)
No te regocijes, Filistea toda, porque haya sido roto el palo que te golpeaba; pues de la raza de la serpiente saldrá un basilisco, y su fruto será un dragón volador. (Isaías 14, 29)
Isaías replicó: "¿Qué han visto en tu palacio?". Ezequías respondió: "Han visto todo lo que hay en mi palacio; no ha quedado nada en mis almacenes que no haya enseñado". (Isaías 39, 4)
Esto dice el Señor: ¿Dónde está el acta de divorcio por la que yo he despedido a vuestra madre? O ¿cuál es mi acreedor a quien yo os haya vendido? Por vuestras culpas fuisteis vendidos, por vuestros pecados fue despedida vuestra madre. (Isaías 50, 1)
Circuncidaos para el Señor, quitad el prepucio de vuestro corazón, oh gentes de Judá, habitantes de Jerusalén, no sea que estalle mi furor como fuego y arda sin que haya quien lo apague por la maldad de vuestras obras". (Jeremías 4, 4)
Por eso, esto dice el Señor: "Esos profetas que hablan en mi nombre sin que yo les haya mandado, y que opinan que no habrá en este país espada ni hambre, esos profetas morirán a espada y de hambre; (Jeremías 14, 15)
Casa de David, esto dice el Señor: "Haced justicia cada mañana, librad al oprimido de las manos de sus explotadores, no sea que salte como un fuego mi ira, se encienda y no haya quien la apague a causa de tus acciones perversas. (Jeremías 21, 12)
La ira del Señor no volverá atrás hasta que no haya ejecutado y realizado los designios de su corazón. En los tiempos futuros comprenderéis bien esto. (Jeremías 23, 20)