Fondare 277 Risultati per: habitantes

  • Pero a vuestros propios ojos yo haré pagar a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea todo el mal que han hecho a Sión -dice el Señor-. (Jeremías 51, 24)

  • "¡Caigan sobre Babilonia mis ultrajes y mis penas!" dice el pueblo de Sión. "¡Sobre los habitantes de Caldea mi sangre!", exclama Jerusalén. (Jeremías 51, 35)

  • Babilonia quedará hecha un montón de piedras, guarida de chacales, horror y rechifla, vacía de habitantes. (Jeremías 51, 37)

  • No creían los reyes de la tierra, todos los habitantes del mundo, que el opresor y el enemigo atravesaría las puertas de Jerusalén. (Lamentaciones 4, 12)

  • Diréis: Al Señor Dios nuestro pertenece la justicia, y a nosotros en cambio en este día la vergüenza: la vergüenza para los hombres de Judá y para los habitantes de Jerusalén, (Baruc 1, 15)

  • haré desaparecer de las ciudades de Judá y de Jerusalén el canto de alegría y de alborozo, el canto del esposo y de la esposa, y todo el país quedará hecho un desierto, sin habitantes". (Baruc 2, 23)

  • Un tercio de tus habitantes morirá de peste y se consumirá de hambre en medio de ti, otro tercio caerá a cuchillo en tus alrededores y el otro lo esparciré yo a todos los vientos, desenvainando detrás de ellos la espada. (Ezequiel 5, 12)

  • "Hijo de hombre, es de tus hermanos, de tus parientes y de toda la casa de Israel de quienes dicen los habitantes de Jerusalén: Estáis lejos del Señor, a nosotros se nos ha dado el país en posesión. (Ezequiel 11, 15)

  • Y dirás al pueblo del país: Esto dice el Señor Dios a los habitantes de Jerusalén y a la tierra de Israel: Comerán su pan con angustia y beberán su agua con estremecimiento, porque su tierra será devastada a causa de la violencia de todos sus habitantes. (Ezequiel 12, 19)

  • Por tanto, esto dice el Señor Dios: lo mismo que el leño de la vid entre los árboles del bosque, al cual he entregado como pasto al fuego, así trataré a los habitantes de Jerusalén. (Ezequiel 15, 6)

  • Devastó sus palacios, asoló sus ciudades; país y habitantes estaban espantados al oír su rugido. (Ezequiel 19, 7)

  • Pero cambié de propósito en honor a mi nombre, para que no fuese vilipendiado a los ojos de las gentes entre las que ellos se encontraban, porque había prometido sacar a mi pueblo de Egipto ante los ojos de sus habitantes. (Ezequiel 20, 9)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina