Fondare 350 Risultati per: habéis

  • Vosotros habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3, 3)

  • No os engañéis unos a otros, pues os habéis despojado del hombre viejo con su manera de actuar (Colosenses 3, 9)

  • Sabemos muy bien, hermanos queridos de Dios, que habéis sido elegidos. (I Tesalonicenses 1, 4)

  • Y vosotros habéis seguido mi ejemplo y el del Señor, recibiendo la predicación con el gozo del Espíritu Santo aun en medio de grandes tribulaciones, (I Tesalonicenses 1, 6)

  • Hermanos, os habéis hecho imitadores de las iglesias de Dios que hay en Judea y que son de Cristo Jesús, pues habéis padecido de parte de vuestros conciudadanos lo mismo que ellos de parte de los judíos, (I Tesalonicenses 2, 14)

  • Con todo ello, y principalmente por vuestra fe, nos habéis procurado un gran consuelo en medio de las presentes tribulaciones y congojas. (I Tesalonicenses 3, 7)

  • ¿Cómo podremos agradecer a Dios todo este gozo que nos habéis proporcionado ante nuestro Dios? (I Tesalonicenses 3, 9)

  • Acerca del amor fraterno no necesitáis que se os escriba, porque personalmente habéis aprendido de Dios cómo debéis amaros los unos a los otros. (I Tesalonicenses 4, 9)

  • cuando aquel día se presente glorioso entre los suyos y admirable para todos los que creyeron. Ahora bien, vosotros habéis recibido nuestro testimonio. (II Tesalonicenses 1, 10)

  • Por tanto, hermanos, manteneos firmes y guardad las enseñanzas que habéis recibido de nosotros de palabra y por escrito. (II Tesalonicenses 2, 15)

  • Hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo os mandamos que os apartéis del hermano que no quiera trabajar y no se porte de acuerdo con las enseñanzas que habéis recibido de nosotros. (II Tesalonicenses 3, 6)

  • Pues debiendo ser ya maestros por razón del tiempo, todavía tenéis necesidad de que se os enseñen los primeros rudimentos de oráculos divinos, y habéis llegado a tener necesidad de leche, no de alimento sólido. (Hebreos 5, 12)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina