Fondare 537 Risultati per: fin

  • Sabemos que nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; (Romanos 6, 6)

  • ¿Qué frutos lograbais entonces? Aquellos de los que ahora os avergonzáis, porque su fin es la muerte. (Romanos 6, 21)

  • Pero ahora, libres del pecado y al servicio de Dios, tenéis como fruto la consagración a Dios y como resultado final la vida eterna. (Romanos 6, 22)

  • Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley en la persona de Cristo, a fin de pertenecer a otro, al resucitado de entre los muertos, para que produzcamos frutos para Dios. (Romanos 7, 4)

  • porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo el que cree. (Romanos 10, 4)

  • Yo pregunto: ¿Es que no han oído? Sí, lo han oído. Porque dice la Escritura: Por toda la tierra se extendió su voz, y hasta los confines del mundo llegaron sus palabras. (Romanos 10, 18)

  • Pues todo lo que ha sido escrito en el pasado, lo fue para nuestra enseñanza, a fin de que por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras tengamos esperanza. (Romanos 15, 4)

  • Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie os pueda reprochar nada el día de la venida de nuestro Señor Jesucristo. (I Corintios 1, 8)

  • Hermanos, me he aplicado esto a mí y a Apolo para que aprendáis a no ir más allá de lo que está escrito, a fin de que nadie se apasione por uno con detrimento para el otro. (I Corintios 4, 6)

  • sea entregado a Satanás, con el fin de que, aunque quede corporalmente destrozado, pueda salvarse el día del Señor. (I Corintios 5, 5)

  • Todo esto les sucedía para que escarmentaran, y fue escrito como aviso para nosotros, que vivimos en los tiempos definitivos. (I Corintios 10, 11)

  • El amor nunca falla. Desaparecerán las profecías, las lenguas cesarán y tendrá fin la ciencia. (I Corintios 13, 8)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina