Fondare 142 Risultati per: falsa testimonio

  • A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: "Ten ánimo, pues como has dado testimonio en Jerusalén acerca de mí, así conviene también que lo des en Roma". (Hechos 23, 11)

  • Pero con la ayuda de Dios me mantengo hasta hoy dando testimonio a chicos y grandes, no afirmando nada fuera de lo que los profetas y Moisés dijeron que había de suceder: (Hechos 26, 22)

  • Señalaron un día, y fueron a su alojamiento en mayor número. Desde la mañana hasta la tarde les anunció el reino de Dios, dando testimonio y esforzándose por convencerlos de quién era Jesús, apoyándose en la ley de Moisés y en los profetas. (Hechos 28, 23)

  • El mismo Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. (Romanos 8, 16)

  • De tal manera que el testimonio de Cristo se ha consolidado en vosotros. (I Corintios 1, 6)

  • Por tercera vez voy a visitaros. Toda cuestión se decidirá por el testimonio de dos o tres testigos. (II Corintios 13, 1)

  • cuando aquel día se presente glorioso entre los suyos y admirable para todos los que creyeron. Ahora bien, vosotros habéis recibido nuestro testimonio. (II Tesalonicenses 1, 10)

  • que se entregó a sí mismo para liberarnos a todos; testimonio dado a su debido tiempo, (I Timoteo 2, 6)

  • Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la verdad ante Poncio Pilato, te pido (I Timoteo 6, 13)

  • Timoteo, guarda el depósito de la fe que te ha sido confiado. No hagas caso de la estéril y mundana palabrería ni de las contradicciones de una falsa ciencia. (I Timoteo 6, 20)

  • Así pues, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero. Al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el evangelio, con la ayuda del poder de Dios, (II Timoteo 1, 8)

  • confirmando Dios su testimonio con signos, prodigios y toda clase de milagros, y con los dones que el Espíritu Santo reparte según su voluntad. (Hebreos 2, 4)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina