Fondare 61 Risultati per: doscientos

  • De Jerusalén habían ido con Absalón doscientos hombres invitados por él, que iban de buena fe, sin saber nada. (II Samuel 15, 11)

  • Apenas había David traspasado la cumbre, cuando Sibá, el servidor de Meribaal le salió al encuentro con dos asnos aparejados, que llevaban doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutos del tiempo y un odre de vino. (II Samuel 16, 1)

  • El rey Salomón hizo doscientos escudos de oro batido, empleando unos siete kilos de oro por escudo, (I Reyes 10, 16)

  • Ajab entonces pasó revista a los asistentes de los jefes de las provincias, y se contaron doscientos treinta y dos. Después de ellos revistó a toda la gente, todos los israelitas, que eran siete mil. (I Reyes 20, 15)

  • Joás, rey de Israel, hizo prisionero en Bet Semes a Amasías, rey de Judá; luego llegó a Jerusalén y abrió en sus murallas una brecha de doscientos metros, desde la puerta de Efraín hasta la puerta del ángulo; (II Reyes 14, 13)

  • Su número, junto con el de sus hermanos, expertos en el arte de cantar al Señor, era de doscientos ochenta y ocho. (I Crónicas 25, 7)

  • cien mil kilos de oro de Ofir, doscientos treinta y cinco mil kilos de plata finísima para revestir las paredes de las salas; (I Crónicas 29, 4)

  • Los jefes y capataces que tenía el rey Salomón al mando de los obreros eran doscientos cincuenta. (II Crónicas 8, 10)

  • Joás, rey de Israel, hizo prisionero en Bet Semes a Amasías, rey de Judá; luego llegó a Jerusalén y abrió en sus murallas una brecha de doscientos metros, desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Ángulo; (II Crónicas 25, 23)

  • Los israelitas hicieron doscientos mil prisioneros a sus hermanos entre mujeres, hijos e hijas, y se adueñaron de un enorme botín, que se llevaron para Samaría. (II Crónicas 28, 8)

  • Ofreció en holocausto al Señor setenta toros, cien carneros y doscientos corderos. (II Crónicas 29, 32)

  • de Elán, mil doscientos cincuenta y cuatro; (Esdras 2, 7)


“Uma Missa bem assistida em vida será mais útil à sua salvação do que tantas outras que mandarem celebrar por você após sua morte!” São Padre Pio de Pietrelcina