Fondare 315 Risultati per: diez tribus
La parte que reservaréis al Señor tendrá doce kilómetros y medio de larga por diez de ancha. (Ezequiel 48, 9)
Los levitas tendrán, como el territorio de los sacerdotes, una parte de doce kilómetros y medio de longitud por cinco de anchura. En total tendrán en su territorio una longitud de doce kilómetros y medio por una anchura de diez. (Ezequiel 48, 13)
Los que trabajen en la ciudad serán tomados de todas las tribus de Israel. (Ezequiel 48, 19)
Para las otras tribus: desde la frontera oriental hasta la occidental: Benjamín, una parte. (Ezequiel 48, 23)
Tal es la tierra que repartiréis a suertes como heredad entre las tribus de Israel y tales sus partes, dice el Señor Dios. (Ezequiel 48, 29)
Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de Israel. Al norte, tres puertas: la puerta de Rubén, la puerta de Judá, la puerta de Leví. (Ezequiel 48, 31)
"Haz una prueba con tus siervos durante diez días. Que nos den legumbres por comida y agua por bebida; (Daniel 1, 12)
Él aceptó la propuesta y los puso a prueba durante diez días. (Daniel 1, 14)
En todos los asuntos que requerían sabiduría e inteligencia sobre los que el rey interrogó, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos que había en su reino entero. (Daniel 1, 20)
A continuación, y siempre en mi visión nocturna, vi una cuarta bestia terrible, espantosa, extraordinariamente fuerte. Tenía enormes dientes de hierro, comía y trituraba, y lo sobrante lo pisoteaba con sus patas; era diferente de todas las otras bestias que la habían precedido y tenía diez cuernos. (Daniel 7, 7)
Yo miraba los cuernos y observé que de en medio de ellos despuntaba otro cuerno, y que tres de los diez precedentes le eran arrancados para dar cabida a aquél. Vi también que el nuevo cuerno tenía ojos como los de un hombre y una boca que decía cosas monstruosas. (Daniel 7, 8)
Pregunté también acerca de los diez cuernos que había en su cabeza y del cuerno que despuntó y ante el cual habían caído tres, de aquel cuerno que tenía ojos y una boca que profería palabras monstruosas y que aparecía mayor que los otros cuernos. (Daniel 7, 20)