Fondare 757 Risultati per: días santos

  • pero la madre continuará retirada durante treinta y tres días más purificando su sangre; no tocará nada consagrado, ni irá al santuario hasta que se haya cumplido el tiempo de su purificación. (Levítico 12, 4)

  • Si da a luz una hembra, será impura durante dos semanas, como en su menstruación, y permanecerá retirada sesenta y seis días más purificando la sangre. (Levítico 12, 5)

  • Cumplidos los días de su purificación, ya sea de varón o de hembra, presentará ante el sacerdote, a la entrada de la tienda de la reunión, un cordero primal como holocausto y un pichón o una tórtola en sacrificio por el pecado. (Levítico 12, 6)

  • Si la mancha reluciente es blanca, pero no está más profunda que el resto de la piel ni el pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote aislará al enfermo durante siete días. (Levítico 13, 4)

  • El séptimo día lo examinará: si constata que la llaga sigue en su estado sin extenderse en la piel, lo tendrá aislado siete días más. (Levítico 13, 5)

  • Si la parte afectada no tiene el pelo blanco, ni la piel hundida y la mancha ha ido desapareciendo, aislará durante siete días al enfermo. (Levítico 13, 21)

  • Si el sacerdote no ve el pelo blanco ni la piel hundida, lo aislará durante siete días, (Levítico 13, 26)

  • Si en el reconocimiento de la llaga tiñosa el sacerdote no ve la piel hundida ni el pelo amarillento, aislará al enfermo durante siete días, (Levítico 13, 31)

  • el enfermo se rasurará, excepción hecha de las partes afectadas por la tiña, y el sacerdote lo aislará durante otros siete días, (Levítico 13, 33)

  • El sacerdote la examinará y aislará el objeto durante siete días. (Levítico 13, 50)

  • mandará lavar el objeto infectado y lo aislará otros siete días. (Levítico 13, 54)

  • El leproso así purificado lavará sus vestidos, se cortará todo el pelo, se bañará con agua y será puro. Después entrará de nuevo en el campamento, pero tardará siete días en entrar en su tienda. (Levítico 14, 8)


“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina