Fondare 458 Risultati per: cosas

  • Os alimentaréis de cosas consagradas. Todo varón podrá comer de ellas. Serán para ti cosas santas. (Números 18, 10)

  • No aceptarás rescate por los primogénitos de las vacas, ovejas y cabras. Éstas son cosas santas; verterás su sangre sobre el altar, quemarás las grasas como ofrenda quemada de olor agradable al Señor, (Números 18, 17)

  • Una vez ofrecido lo mejor de vuestros diezmos, no incurriréis ya en culpa ni profanaréis las cosas consagradas por los israelitas, y no moriréis". (Números 18, 32)

  • Y continuó así: "¡Ay! ¿Quién podrá vivir cuando Dios haga estas cosas? (Números 24, 23)

  • Cuando te hayan sobrevenido estas cosas en los últimos días, te convertirás al Señor en tu angustia y escucharás su voz, (Deuteronomio 4, 30)

  • No desearás a la mujer de tu prójimo, ni tampoco sus cosas: casas, campo, siervo o sierva, buey o asno, ni nada de cuanto a tu prójimo pertenece". (Deuteronomio 5, 21)

  • No metas en tu casa tal cosa, pues serías, como ella, consagrado al exterminio. Las tendrás por inmundas y abominables, como cosas prohibidas y consagradas al exterminio. (Deuteronomio 7, 26)

  • Él es tu gloria y tu Dios, que ha hecho por ti cosas grandes y hazañas tremendas, que tus mismos ojos han visto. (Deuteronomio 10, 21)

  • y llevaréis al lugar que el Señor, vuestro Dios, haya elegido para hacer habitar en él su nombre, todo lo que yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y vuestras contribuciones y todas las cosas selectas que hayáis prometido al Señor. (Deuteronomio 12, 11)

  • Las cosas que hayas consagrado y las promesas que hayas hecho, las llevarás al lugar elegido por el Señor. (Deuteronomio 12, 26)

  • para que no aprendas a imitar las cosas horribles que ellos hacen con sus dioses y no peques contra el Señor, tu Dios. (Deuteronomio 20, 18)

  • La mujer no llevará vestidos de hombre y el hombre no llevará vestidos de mujer, pues son cosas aborrecibles a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 22, 5)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina