Fondare 115 Risultati per: batalla espiritual

  • El peso de la batalla cayó sobre Saúl; los arqueros lo alcanzaron y fue mal herido. (I Crónicas 10, 3)

  • de la tribu de Dan, 28.600 hombres en orden de batalla; (I Crónicas 12, 36)

  • Los amonitas salieron y se pusieron en orden de batalla a la entrada de la ciudad. Los reyes que habían venido a sueldo estaban en el campo. (I Crónicas 19, 9)

  • Joab, viendo que tenía dos frentes, uno delante y otro detrás, seleccionó la flor y nata del ejército de Israel y los puso en orden de batalla frente a los sirios; (I Crónicas 19, 10)

  • David, al saberlo, reunió a todo Israel, cruzó el Jordán, los alcanzó y tomó posiciones en orden de batalla y luchó contra los sirios. (I Crónicas 19, 17)

  • Se dio otra batalla en Gat, donde había un gigante que tenía veinticuatro dedos, seis en cada extremidad. También éste era descendiente de los gigantes. (I Crónicas 20, 6)

  • Asá le salió al encuentro y se alineó en orden de batalla en el valle de Sefatá, junto a Maresá. (II Crónicas 14, 9)

  • El rey de Israel dijo a Josafat: "Yo iré disfrazado a la batalla, pero tú irás con tu vestidura real". Y el rey de Israel se disfrazó y entró en batalla. (II Crónicas 18, 29)

  • dijo: "Atención, habitantes de Judá y de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat. Esto os dice el Señor: No temáis ni os asustéis ante esta ingente multitud, porque la batalla no es cosa vuestra, sino de Dios. (II Crónicas 20, 15)

  • Después de esto, cuando Josías ya había restaurado el templo del Señor, Necó, rey de Egipto, fue a presentar batalla en Cárquemis, junto al Éufrates. Josías le salió al paso, (II Crónicas 35, 20)

  • Josías, sin embargo, no quiso ceder, e incluso se preparaba para atacarlo, sin dar oídos a lo que Necó decía en nombre de Dios. Avanzó y presentó batalla en el valle de Meguido. (II Crónicas 35, 22)

  • a los que formó en orden de batalla. (Judit 2, 16)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina