Fondare 54 Risultati per: Vientre

  • le dijo la verdad: "No me he cortado nunca el cabello, porque estoy consagrado a Dios desde el vientre de mi madre. Si me lo cortasen, perdería toda mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera". (Jueces 16, 17)

  • Pero él no quiso apartarse, y Abner le golpeó en el vientre con la culata de la lanza, y la lanza le salió por detrás. Cayó allí mismo y murió instantáneamente. Todos los que llegaban al lugar donde Asael había caído y había muerto se detenían. (II Samuel 2, 23)

  • Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab le llevó aparte, al lado de la puerta, como para hablar pacíficamente con él, y allí le hirió mortalmente en el vientre, por la sangre de Asael, su hermano. (II Samuel 3, 27)

  • Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en la mano, y éste se la clavó en el vientre, esparció sus entrañas en la tierra y, sin repetirle el golpe, murió. Entonces Joab y su hermano Abisay salieron en persecución de Sebá, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 10)

  • Menajén devastó a Tapúaj y todo lo que había en ella y en sus alrededores desde Tirsá, porque no le habían abierto las puertas de la ciudad; además rajó el vientre a todas las embarazadas. (II Reyes 15, 16)

  • "Desnudo salí del vientre de mi madre, desnudo allá regresaré. El Señor me lo había dado, el Señor me lo ha quitado; sea bendito el nombre del Señor". (Job 1, 21)

  • por no haberme cerrado la puerta del vientre de mi madre para ocultar a mis ojos el dolor. (Job 3, 10)

  • ¿Por qué no me quedé muerto desde el seno materno? ¿Por qué no expiré al salir del vientre? (Job 3, 11)

  • Sería como si no hubiera existido, llevado desde el vientre a la tumba. (Job 10, 19)

  • El que concibe el mal engendra angustia y lleva en su vientre un fruto de aborto. (Job 15, 35)

  • Porque su vientre no conoció reposo, con sus tesoros no se salvará. (Job 20, 20)

  • Mientras su vientre está llenando, desfogará Dios contra él el ardor de su ira, hará llover sobre su carne sus saetas. (Job 20, 23)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina