Fondare 111 Risultati per: Polvo

  • Dios vigila el ejército de los cuerpos celestes, pero los hombres son todos polvo y ceniza. (Eclesiástico 17, 32)

  • Todos los hombres proceden del polvo, Adán fue creado de la tierra. (Eclesiástico 33, 10)

  • Desde el que se sienta en trono de gloria hasta el humillado en polvo y ceniza; (Eclesiástico 40, 3)

  • Por eso Dios le prometió con juramento que todas las naciones serían bendecidas en su descendencia y que lo multiplicaría como el polvo de la tierra, exaltaría su linaje como las estrellas y le daría el país en herencia desde un mar a otro mar, desde el río hasta los extremos de la tierra. (Eclesiástico 44, 21)

  • Métete entre las rocas, escóndete en el polvo ante el terror del Señor, de su imponente majestad, cuando venga a hacer temblar la tierra. (Isaías 2, 10)

  • Llanto y lamento habrá en tus puertas, y yacerás desolada en el polvo. (Isaías 3, 26)

  • Como la lengua de la llama devora el rastrojo y como el heno es consumido por el fuego, así su raíz se pudrirá y su flor será aventada como polvo, por rechazar la ley del Señor todopoderoso y despreciar la palabra del Santo de Israel. (Isaías 5, 24)

  • Sí, él ha humillado a los que habitaban en lo alto; ha abatido la ciudadela escarpada, la ha abatido a tierra, la ha derribado en el polvo: (Isaías 26, 5)

  • Pero revivirán tus muertos, sus cadáveres resucitarán. Despertaos, regocijaos los que yacéis en el polvo; porque rocío de luz es tu rocío, y el país de las sombras dará a luz. (Isaías 26, 19)

  • Aplastada, hablarás desde la tierra; desde el polvo saldrán sofocadas tus palabras; saldrá tu voz de la tierra como la de un espectro; tu palabra del polvo, como un susurro. (Isaías 29, 4)

  • Pero la turba de tus enemigos será como el polvo fino; como la paja aventada, la turba de los tiranos. Y pronto, de improviso, (Isaías 29, 5)

  • Las naciones son como una gota en un cubo, como un grano de arena en la balanza; las islas pesan como tenue polvo. (Isaías 40, 15)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina