Fondare 8 Risultati per: Obedeces

  • Si obedeces su voz y haces cuanto yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios; (Exodo 23, 22)

  • Pero si obedeces al Señor, tu Dios, guardando y poniendo por obra todos estos mandamientos que hoy te prescribo, el Señor, tu Dios, te elevará sobre todas las naciones de la tierra. (Deuteronomio 28, 1)

  • Pero si no obedeces al Señor, tu Dios, y no pones en práctica todos sus mandamientos y todas sus leyes que yo te prescribo hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán las maldiciones siguientes: (Deuteronomio 28, 15)

  • si de nuevo te vuelves hacia él y le obedeces, tú y tus hijos, con todo tu corazón y toda tu alma, según todo lo que yo te mando hoy, (Deuteronomio 30, 2)

  • si le obedeces, observas sus mandamientos y preceptos escritos en el libro de esta ley, y si te vuelves a él con todo tu corazón y toda tu alma. (Deuteronomio 30, 10)

  • Si obedeces los mandamientos del Señor, tu Dios, que yo te prescribo hoy; si le amas, si sigues sus caminos, si guardas sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, vivirás y te multiplicarás y él te bendecirá en la tierra que vas a ocupar. (Deuteronomio 30, 16)

  • Pero si tu corazón se desvía, si no obedeces y te dejas arrastrar postrándote ante otros dioses y dándoles culto, (Deuteronomio 30, 17)

  • Si me obedeces en todo lo que te ordene, sigues mis caminos y haces lo que es recto a mis ojos, observando mis leyes y mis preceptos, como lo hizo mi siervo David, yo estaré contigo y te edificaré una casa duradera, como la he edificado a David, y te entregaré Israel. (I Reyes 11, 38)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina