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Tus padres bajaron a Egipto en número de 70 personas, y ahora el Señor, tu Dios, te ha hecho numeroso como las estrellas del cielo. (Deuteronomio 10, 22)
sino solamente en el lugar elegido por él para hacer habitar en él su nombre inmolarás la pascua; y lo harás al atardecer, al ponerse el sol, a la hora de tu salida de Egipto. (Deuteronomio 16, 6)
Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor, tu Dios, te da, no imites las prácticas horrendas de aquellos pueblos. (Deuteronomio 18, 9)
Pues todo ello es abominable a los ojos del Señor, tu Dios; y precisamente por estas prácticas horrendas es por lo que el Señor, tu Dios, echa lejos de ti a estas naciones. (Deuteronomio 18, 12)
Es precisamente lo que tú pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: No queremos oír más la voz del Señor, ni ver ese gran fuego para no morir, (Deuteronomio 18, 16)
para que no aprendas a imitar las cosas horribles que ellos hacen con sus dioses y no peques contra el Señor, tu Dios. (Deuteronomio 20, 18)
el primer marido no podrá volver a casarse con ella, pues se ha vuelto impura; sería una cosa horrenda ante el Señor, y tú no debes manchar con pecados la tierra que el Señor, tu Dios, te da en heredad. (Deuteronomio 24, 4)
Y ahora aquí traigo las primicias de los frutos de la tierra que el Señor me ha dado. Las dejarás delante del altar del Señor, tu Dios, y te postrarás en su presencia. (Deuteronomio 26, 10)
¡Maldito el hombre que haga un ídolo tallado o fundido, cosa horrible para el Señor, obra de artífice, y lo ponga en lugar oculto! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 15)
Así como el Señor se gozaba en haceros felices y en multiplicaros, así se gozará ahora en perderos y destruiros. Seréis exterminados de la tierra que vais a ocupar. (Deuteronomio 28, 63)
Éstos son los términos de la alianza que el Señor mandó hacer a Moisés con los israelitas en Moab, aparte de la alianza que hizo con ellos en el Horeb. (Deuteronomio 28, 69)
Ya habéis visto sus horrorosos y vergonzosos ídolos de madera, piedra, plata y oro. (Deuteronomio 29, 16)