Fondare 915 Risultati per: Gad

  • y libres del pecado, os habéis entregado al servicio de la justicia (Romanos 6, 18)

  • (os estoy hablando en lenguaje sencillo para que podáis entenderme). Porque lo mismo que antes entregasteis vuestro cuerpo al servicio de la inmoralidad y el desorden, para vivir desordenadamente, así ahora entregadlo al servicio de la justicia, para vivir consagrados a Dios. (Romanos 6, 19)

  • La mujer casada está atada por la ley al marido mientras éste vive; pero si muere el marido, queda desligada de la ley del matrimonio. (Romanos 7, 2)

  • Pagad a cada uno lo que le corresponda: contribuciones, impuestos, respeto, honores, lo que haya que darle. (Romanos 13, 7)

  • Cuando cumpla esta misión y haya entregado la colecta, emprenderé mi viaje a España y pasaré por ahí. (Romanos 15, 28)

  • A mí poco me importa ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. Ni yo mismo me juzgo. (I Corintios 4, 3)

  • ¡Ya estáis satisfechos! ¡Ya sois ricos! ¡Habéis llegado a reinar sin nosotros! ¡Ojalá reinaseis de verdad, para que reinásemos con vosotros! (I Corintios 4, 8)

  • Pues creo que Dios nos ha presentado a nosotros, los apóstoles, como lo último, como condenados a muerte, porque hemos llegado a ser el espectáculo del mundo, de los ángeles y de los hombres. (I Corintios 4, 9)

  • que congregados en nombre de nuestro Señor Jesucristo, vosotros y mi espíritu, y con el poder de Jesús, Señor nuestro, este tal (I Corintios 5, 4)

  • sea entregado a Satanás, con el fin de que, aunque quede corporalmente destrozado, pueda salvarse el día del Señor. (I Corintios 5, 5)

  • La mujer está ligada todo el tiempo que vive su marido; pero si el marido se muere, queda libre para casarse con quien quiera, con tal que sea cristiano. (I Corintios 7, 39)

  • No os ha llegado ninguna prueba insuperable. Dios es fiel y no permitirá que seáis sometidos a pruebas superiores a vuestras fuerzas; ante la prueba os dará fuerza para superarla. (I Corintios 10, 13)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina