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  • y les dijo: "Por favor, señores, venid a casa de vuestro siervo y pasad allí la noche; lavaos los pies, y mañana por la mañana seguiréis vuestro camino". Ellos le respondieron: "No; pasaremos la noche en la plaza". (Génesis 19, 2)

  • Pero él insistió tanto que se fueron con él y se hospedaron en su casa. Les preparó comida, coció panes sin levadura y comieron. (Génesis 19, 3)

  • No se habían acostado todavía, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, jóvenes y ancianos, todo el pueblo sin excepción, cercaron la casa. (Génesis 19, 4)

  • Llamaron a Lot y le dijeron: "¿Dónde están esos hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslos para que abusemos de ellos". (Génesis 19, 5)

  • Pero los dos hombres sacaron su brazo, metieron a Lot con ellos en casa y cerraron la puerta; (Génesis 19, 10)

  • Lot fue a hablar con sus futuros yernos, los que se iban a casar con sus hijas, y les dijo: "Levantaos y salid de este lugar porque el Señor va a destruirlo". Pero ellos creían que estaba bromeando. (Génesis 19, 14)

  • Al día siguiente, la mayor dijo a la menor: "La noche pasada dormí yo con mi padre; emborrachémosle también esta noche y te acuestas tú con él, y así tendremos descendencia de nuestro padre". (Génesis 19, 34)

  • Pero Dios visitó a Abimelec en sueños, de noche, y le dijo: "Vas a morir a causa de la mujer que has tomado, porque es una mujer casada". (Génesis 20, 3)

  • Cuando Dios me hizo salir lejos de la casa de mi padre, yo le dije a ella: Tienes que hacerme este favor: dondequiera que vayamos, di que yo soy tu hermano". (Génesis 20, 13)

  • pues el Señor había hecho estéril el seno de todas las mujeres en la casa de Abimelec por lo de Sara, mujer de Abrahán. (Génesis 20, 18)

  • Dios oyó los gritos del niño, y el ángel de Dios llamó desde el cielo a Agar y le dijo: "¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído los gritos del pequeño desde el lugar en que está. (Génesis 21, 17)

  • pasaron a ser propiedad de Abrahán en presencia de todos los hititas y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad. (Génesis 23, 18)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina