Fondare 71 Risultati per: últimos hechos

  • David se decía: "Mi hijo Salomón es todavía joven y tierno, y la casa que tiene que edificar al Señor ha de ser famosa en todo el mundo por su esplendor y grandeza. Quiero dejarle hechos los preparativos". (I Crónicas 22, 5)

  • Los hechos del rey David, desde el principio hasta el fin, están escritos en las crónicas de Samuel, el vidente; en las crónicas de Natán, el profeta, y en las crónicas de Gad, el vidente, (I Crónicas 29, 29)

  • Los hechos de Asá, desde el principio al fin, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. (II Crónicas 16, 11)

  • Por eso, nuestros padres cayeron en la guerra, y nuestros hijos y nuestras mujeres fueron hechos prisioneros. (II Crónicas 29, 9)

  • Después de estos hechos y actos de fidelidad, vino Senaquerib, rey de Asiria, invadió Judá y asedió las ciudades fortificadas con el propósito de conquistarlas. (II Crónicas 32, 1)

  • Hablaban del Dios de Jerusalén como de los dioses de los otros pueblos de la tierra, dioses hechos por los hombres. (II Crónicas 32, 19)

  • De los de Adonicán, los últimos, cuyos nombres son éstos: Elifélet, Yeiel y Semayas, y con ellos sesenta varones. (Esdras 8, 13)

  • Dales según sus hechos, según la maldad de sus acciones; trátalos según las obras de sus manos, págales con la misma moneda. (Salmos 28, 4)

  • No se fijan en los hechos del Señor ni en la obra de sus manos: que él los destruya y ya no se alcen más. (Salmos 28, 5)

  • pero su espada se clavará en su corazón y sus arcos serán hechos pedazos. (Salmos 37, 15)

  • Presos de terror, todos los hombres publican lo que Dios ha hecho, y de estos hechos sacan la lección. (Salmos 64, 10)

  • él sabe de qué pasta estamos hechos, se acuerda de que no somos más que polvo. (Salmos 103, 14)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina