Fondare 190 Risultati per: número de la bestia

  • Algunos de los hijos de Simeón, en número de quinientos hombres, se fueron a la montaña de Seír; sus jefes eran Pelatías, Nearías, Refaías, Uzziel, hijos de Yisí: (I Crónicas 4, 42)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés eran hombres valientes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. Salían a campaña en número de 44.760. (I Crónicas 5, 18)

  • Capturaron sus ganados: sus camellos, en número de 50.000, 250.000 ovejas, 2.000 asnos y 100.000 personas, (I Crónicas 5, 21)

  • Hijos de Tolá: Uzzí, Refaías, Yeriel, Yajmay, Yibsam y Samuel, jefes de las casas paternas de Tolá. Su número, en los días de David, era, según sus genealogías, de 22.600, valientes guerreros. (I Crónicas 7, 2)

  • Tenían, según sus genealogías, por sus casas paternas, divisiones de tropas de guerra en número de 36.000; pues tenían muchas mujeres e hijos. (I Crónicas 7, 4)

  • Hijos de Bela: Esbón, Uzzí, Uzziel, Yerimot e Irí: cinco jefes de las casas paternas, esforzados guerreros, inscritos en las genealogías en número de 22.034. (I Crónicas 7, 7)

  • Todos estos fueron hijos de Yediael, cabezas de familia, esforzados guerreros, en número de 17.200, aptos para la milicia y la guerra. (I Crónicas 7, 11)

  • Todos estos fueron hijos de Aser, jefes de familia, gente escogida, esforzados guerreros, jefes de príncipes. EN los registros genealógicos estaban inscritos en número de 26.000 hombres, aptos para la milicia y la guerra. (I Crónicas 7, 40)

  • Este es el número de los guerreros preparados para la guerra que vinieron donde David, a Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, conforme a la orden de Yahveh. (I Crónicas 12, 24)

  • y a Obededom, con sus hermanos, en número de 68, y a Obededom, hijo de Yedutún, y a Josá, como porteros; (I Crónicas 16, 38)

  • Dijo, pues, David a Joab y a los jefes del ejército: «Id, contad los israelitas desde Berseba hasta Dan, y volved después para que yo sepa su número.» (I Crónicas 21, 2)

  • El oro, la plata, el bronce y el el hierro son sin número. ¡Levántate, pues! Manos a la obra y que Yahveh sea contigo.» (I Crónicas 22, 16)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina