Fondare 190 Risultati per: número de la bestia

  • No habrá león en ella, ni por ella subirá bestia salvaje, no se encontrará en ella; los rescatados la recorrerán. (Isaías 35, 9)

  • ¿Se olvida la doncella de su aderezo, la novia de su cinta? Pues mi pueblo sí que me ha olvidado días sin número. (Jeremías 2, 32)

  • Este es el número de los deportados por Nabucodonosor. El año séptimo: 3.023 de Judá; (Jeremías 52, 28)

  • «Si no escucháis mi voz, esta misma grande, inmensa muchedumbre quedará reducida a un pequeño número en medio de las naciones donde yo los dispersaré. (Baruc 2, 29)

  • Yo dije entonces: «¡Ah, Señor Yahveh!, mi alma no está impura. Desde mi infancia hasta el presente jamás he comido bestia muerta o despedazada, ni carne corrompida entró en mi boca.» (Ezequiel 4, 14)

  • Sin embargo, dejaré que un pequeño número de ellos escapen a la espada, al hambre y a la peste, para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones adonde vayan, a fin de que sepan que yo soy Yahveh. (Ezequiel 12, 16)

  • Pero este príncipe se ha rebelado contra él enviando mensajeros a Egipto en busca de caballos y tropas en gran número. ¿Le saldrá bien? ¿Se salvará el que ha hecho esto? Ha roto el pacto ¡y va a salvarse! (Ezequiel 17, 15)

  • Pues así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo traigo contra Tiro, por el norte, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes y gran número de tropas. (Ezequiel 26, 7)

  • Los sacerdotes no comerán carne de ningún ave ni bestia muerta o desgarrada. (Ezequiel 44, 31)

  • Deje de ser su corazón de hombre, désele un corazón de bestia y pasen por él siete tiempos. (Daniel 4, 13)

  • A continuación, otra segunda bestia, semejante a un oso, levantada de un costado, con tres costillas en las fauces, entre los dientes. Y se le decía: «Levántate, devora mucha carne.» (Daniel 7, 5)

  • Después, yo seguía mirando y vi otra bestia como un leopardo con cuatro alas de ave en su dorso; la bestia tenía cuatro cabezas, y se le dio el dominio. (Daniel 7, 6)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina