Fondare 90 Risultati per: efecto

  • En efecto, en alma fraudulenta no entra la Sabiduría, no habita en cuerpo sometido al pecado; (Sabiduría 1, 4)

  • En efecto, la esperanza del impío es como brizna arrebatada por el viento, como espuma ligera acosada por el huracán, se desvanece como el humo con el viento; pasa como el recuerdo del huésped de un día. (Sabiduría 5, 14)

  • Es ella, en efecto, más bella que el sol, supera a todas las constelaciones; comparada con la luz, sale vencedora, (Sabiduría 7, 29)

  • ¿Qué hombre, en efecto, podrá conocer la voluntad de Dios? ¿Quién hacerse idea de lo que el Señor quiere? (Sabiduría 9, 13)

  • Y lo más extraño era que con el agua, que todo lo apaga, el fuego cobraba una violencia mayor. El universo, en efecto, combate en favor de los justos. (Sabiduría 16, 17)

  • Cobarde es, en efecto, la maldad y ella a sí misma se condena; acosada por la conciencia imagina siempre lo peor; (Sabiduría 17, 11)

  • Y, en efecto, con el castigo mismo de nuestros adversarios, nos colmaste de gloria llamándonos a ti. (Sabiduría 18, 8)

  • Porque, en efecto, pasad a las islas de los Kittim y ved, enviad a Quedar quien investigue a fondo, pensadlo bien y ved si aconteció cosa tal: (Jeremías 2, 10)

  • Y en efecto, así dice Yahveh tocante a los de Anatot, que buscan mi muerte diciendo: «No profetices en nombre de Yahveh, y no morirás a nuestras manos». (Jeremías 11, 21)

  • En efecto, mirad que vienen días - oráculo de Yahveh - en que no se dirá más: «¡Por vida de Yahveh, que subió a los hijos de Israel de Egipto!», (Jeremías 16, 14)

  • Porque, en efecto, nos ha enviado a Babilonia un mensaje diciendo: "Es para largo. Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed su fruto"» (Jeremías 29, 28)

  • ¿Es un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todavía? Pues, en efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no ha de faltarme - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 31, 20)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina