Fondare 109 Risultati per: adorar a baal
así que llamadme a todos los profetas de Baal, y a todos sus sacerdotes, sin que falte ninguno, porque tengo que hacer un gran sacrificio a Baal; todo el que falte morirá.» Jehú obraba con astucia para hacer perecer a los servidores de Baal. (II Reyes 10, 19)
Dijo Jehú: «Convocad una reunión santa para Baal.» Ellos la convocaron. (II Reyes 10, 20)
Envió Jehú mensajeros por todo Israel y vinieron todos los siervos de Baal, no quedó nadie sin venir. Entraron en el templo de Baal quedando lleno el templo de punta a cabo. (II Reyes 10, 21)
Dijo al encargado del vestuario: «Saca los vestidos para todos los servidores de Baal.» El hizo sacar los vestidos para ellos. (II Reyes 10, 22)
Jehú vino con Yonadab, hijo de Rekab, al templo de Baal y dijo a los fieles de Baal: «Investigad y ved no haya aquí entre vosotros algún siervo de Yahveh, sino tan sólo siervos de Baal.» (II Reyes 10, 23)
Cuando hubo acabado de hacer el holocausto, dijo Jehú a la guardia y a los escuderos: «Entrad y matadles. Que nadie salga.» La guardia y los escuderos entraron, los pasaron a filo de espada y llegaron hasta el santuario del templo de Baal. (II Reyes 10, 25)
Sacaron el cipo del templo de Baal y lo quemaron. (II Reyes 10, 26)
Derribaron el altar de Baal, demolieron el templo de Baal, y lo convirtieron en cloaca hasta el día de hoy. (II Reyes 10, 27)
Jehú exterminó a Baal de Israel. (II Reyes 10, 28)
Fue todo el pueblo de la tierra al templo de Baal y lo derribó. Destrozaron sus altares y sus imágenes, y mataron ante los altares a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote puso centinelas en la Casa de Yahveh, (II Reyes 11, 18)
Abandonaron todos los mandamientos de Yahveh su Dios, y se hicieron ídolos fundidos, los dos becerros; se hicieron cipos y se postraron ante todo el ejército de los cielos y dieron culto a Baal. (II Reyes 17, 16)
Volvió a edificar los altos que había destruido su padre Ezequías, alzó altares a Baal e hizo un cipo como lo había hecho Ajab, rey de Israel; se postró ante todo el ejército de los cielos y les sirvió. (II Reyes 21, 3)