Fondare 2356 Risultati per: Dijo

  • Luego llamó Abimélek a Abraham, y le dijo: «¿ Qué has hecho con nosotros, o en qué te he faltado, para que trajeras sobre mí y mi reino una falta tan grande? Lo que no se hace has hecho conmigo.» (Génesis 20, 9)

  • Y dijo Abimélek a Abraham: «¿Qué te ha movido a hacer esto?» (Génesis 20, 10)

  • Dijo Abraham: «Es que me dije: "Seguramente no hay temor de Dios en este lugar, y van a asesinarme por mi mujer." (Génesis 20, 11)

  • Y dijo Abimélek: «Ahí tienes mi país por delante: quédate donde se te antoje.» (Génesis 20, 15)

  • A Sara le dijo: «Mira, he dado a tu hermano mil monedas de plata, que serán para ti y para los que están contigo como venda en los ojos, y de todo esto serás justificada.» (Génesis 20, 16)

  • Y dijo Sara: «Dios me ha dado de qué reír; todo el que lo oiga se reirá conmigo.» (Génesis 21, 6)

  • dijo a Abraham: «Despide a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con Isaac.» (Génesis 21, 10)

  • pero Dios dijo a Abraham: «No lo sientas ni por el chico ni por tu criada. En todo lo que te dice Sara, hazle caso; pues aunque por Isaac llevará tu nombre una descendencia, (Génesis 21, 12)

  • Oyó Dios la voz del chico, y el Angel de Dios llamó a Agar desde los cielos y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del chico en donde está. (Génesis 21, 17)

  • Sucedió por aquel tiempo que Abimélek, junto con Pikol, capitán de su tropa, dijo a Abraham: «Dios está contigo en todo lo que haces. (Génesis 21, 22)

  • Abraham dijo: «Lo juro». (Génesis 21, 24)

  • Y dijo Abimélek: «No sé quién ha hecho eso. Ni tú me lo habías notificado, ni yo había oído nada hasta hoy.» (Génesis 21, 26)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina