Fondare 2356 Risultati per: Dijo

  • Respondió: Tampoco haría destrucción en gracia de los veinte.» Insistió: «Vaya, no se enfade mi Señor, que ya sólo hablaré esta vez: "¿Y si se encuentran allí diez?"» Dijo: «Tampoco haría destrucción, en gracia de los diez.» (Génesis 18, 32)

  • dijo: «Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis vuestro camino.» Ellos dijeron: «No; haremos noche en la plaza.» (Génesis 19, 2)

  • y dijo: «Por favor, hermanos, no hagáis esta maldad. (Génesis 19, 7)

  • Salió Lot y habló con sus yernos, los prometidos de sus hijas: «Levantaos, dijo, salid de este lugar, porque Yahveh va a destruir la ciudad.» Pero sus yernos le tomaron a broma. (Génesis 19, 14)

  • Mientras los sacaban afuera, dijo uno: «¡Escápate, por vida tuya! No mires atrás ni te pares en toda la redonda. Escapa al monte, no vayas a ser barrido.» (Génesis 19, 17)

  • Lot les dijo: «No, por favor, Señor mío. (Génesis 19, 18)

  • La mayor dijo a la pequeña: «Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se una a nosotras, como se hace en todo el mundo. (Génesis 19, 31)

  • Al día siguiente dijo la mayor a la pequeña: «Mira, yo me he acostado anoche con mi padre. Vamos a propinarle vino también esta noche, y entras tú a acostarte con él, y así engendraremos de nuestro padre descendencia.» (Génesis 19, 34)

  • Pero vino Dios a Abimélek en un sueño nocturno y le dijo: «Date muerto por esa mujer que has tomado, y que está casada.» (Génesis 20, 3)

  • Abimélek, que no se había acercado a ella, dijo: «Señor, ¿es que asesinas a la gente aunque sea honrada? (Génesis 20, 4)

  • ¿No me dijo él a mí: "Es mi hermana", y ella misma dijo: "Es mi hermano?" Con corazón íntegro y con manos limpias he procedido.» (Génesis 20, 5)

  • Y le dijo Dios en el sueño: «Ya sé yo también que con corazón íntegro has procedido, como que yo mismo te he estorbado de faltar contra mí. Por eso no te he dejado tocarla. (Génesis 20, 6)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina