Fondare 281 Risultati per: muchos

  • Muchos llevaron a Jerusalén ofrendas para el Señor y regalos para Ezequías, rey de Judá, el cual, después de esto, adquirió gran prestigio ante todas las naciones. (II Crónicas 32, 23)

  • Muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que habían visto el primer Templo, prorrumpieron en llanto, mientras veían poner los cimientos del nuevo; pero muchos otros proferían aclamaciones de júbilo. (Esdras 3, 12)

  • Ellos nos respondieron: ‘Nosotros somos los servidores del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reconstruyendo la Casa que fue construida hace ya muchos años. Un gran rey de Israel comenzó a construirla y la concluyó. (Esdras 5, 11)

  • pero el pueblo es muy numeroso y estamos en época de lluvias. No podemos permanecer a la intemperie, y además, esto no es cuestión de un día o dos, porque somos muchos los que hemos pecado en esto. (Esdras 10, 13)

  • Puse al frente de Jerusalén a mi hermano Jananí, y designé a Ananías comandante de la ciudadela, porque era un hombre de confianza y temeroso de Dios, más que muchos otros. (Nehemías 7, 2)

  • Tú fuiste paciente con ellos durante muchos años; les advertiste con tu espíritu, por medio de tus profetas; pero ellos no escucharon y tú los entregaste en manos de otros pueblos. (Nehemías 9, 30)

  • También enterré a los que mandó matar Senaquerib cuando tuvo que huir de Judea, después del castigo que le infligió el Rey del Cielo por todas las blasfemias que había proferido. Lleno de cólera, Senaquerib mató a muchos israelitas: yo ocultaba sus cuerpos para enterrarlos, y aunque él los buscaba, no podía encontrarlos. (Tobías 1, 18)

  • Se unieron a él todos los habitantes de la región montañosa y los que vivían a lo largo del Éufrates, del Tigris y del Hidaspes y en las planicies de Arioc, rey de los elimeos. Y muchos pueblos se reunieron para combatir a los hijos de Jeleúd. (Judit 1, 6)

  • Muchos la pretendieron como esposa, pero ella no volvió a casarse, después que su esposo Manasés murió y fue a reunirse con sus antepasados. (Judit 16, 22)

  • En cada provincia, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, había un gran duelo entre los judíos, con ayunos, lágrimas y lamentaciones. Y el sayal y la ceniza sirvieron de lecho para muchos. (Ester 4, 3)

  • y les estuvo hablando del esplendor de sus riquezas, de sus muchos hijos y de lo que el rey había hecho para engrandecerlo, elevándolo por encima de los demás ministros y servidores de la corte. (Ester 5, 11)

  • En cada provincia y en cada ciudad, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, los judíos se sentían desbordantes de gozo y alegría, y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos entre la gente del país se profesaban judíos, porque el temor a los judíos se había apoderado de ellos. (Ester 8, 17)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina